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RUTA DEL VINO DE QUERÉTARO,
LA ESCAPADA DE FIN DE SEMANA IDEAL

¿Quién no ha pasado grandes momentos con los amigos, con esa persona especial, acompañados de una botella de vino? Independiente de los grandes placeres para los sentidos que el vino puede representar, mucha de la cultura que gira a su alrededor se basa precisamente en esos gratos momentos y experiencias que le acompañan.

El vino llegó a México con los primeros conquistadores y misioneros, y a partir de 1524 el cultivo de la vid se extendió desde el centro del país hacia los estados de Querétaro, Guanajuato y San Luís Potosí, alcanzando un gran desarrollo en el Valle de Parras, y luego hacia Baja California y Sonora. No es casualidad entonces que en México tengamos la bodega más antigua de América, y que aún continúa en funciones en el Valle de Parras bajo el nombre de Casa Madero.

Gracias al auge que en fechas recientes el vino mexicano ha tenido, y al cambio en la percepción sobre su consumo que han presentado principalmente los adultos jóvenes, es como los vinicultores y grandes bodegas vinícolas comenzaron, casi sin querer, a desarrollar toda una serie de actividades y experiencias en torno al vino, buscando promover sus propias etiquetas. Podríamos decir que ésta sería una de las razones del por qué nace el turismo enológico en nuestro país. Turistas visitando bodegas, degustando vinos de las diferentes regiones, conociendo los viñedos y el proceso de elaboración del vino, probando diferentes platillos de la región, observando paisajes espectaculares, hospedándose en diferentes clases de hoteles, y hasta buscando un beneficio para la salud porque, aunque no lo creas, ¡existen cremas corporales y jabones hechos a base de vino! Nosotros definitivamente lo preferimos tomado antes que untado, ¿no crees?

México cuenta con 5 principales Rutas del Vino. La primera, y la más conocida probablemente, es la del Valle de Guadalupe en Baja California. Le siguen la del Valle de Parras en Coahuila, la de Querétaro, la de Aguascalientes y finalmente la de Zacatecas. Independientemente de las diferencias que pueda haber en cuanto a los vinos que se producen en cada una de ellas, podemos decir que las experiencias y la oferta turística que tienen pueden llegar a ser muy similares. 

En el caso de Querétaro, las principales regiones productoras son los municipios de Tequisquiapan y Ezequiel Montes, donde se produce casi el 60% del vino espumoso blanco del país. Sin embargo, existen otras regiones vinícolas, y que además ofrecen a sus visitantes experiencias y ventajas únicas que no van a encontrar en ningún otro lugar aún dentro del mismo estado.

La primera y más obvia es su cercanía a la CDMX. El Municipio de El Marqués se encuentra a poco más de 2 horas de viaje por carretera, por lo que no es necesario viajar largos trayectos en coche, o pagar por vuelos costosos, para poder tener una experiencia a la altura de los grandes viñedos europeos. ¡Para nosotros los chilangos puede ser una escapada de fin de semana ideal!

Otra enorme ventaja es su cercanía con la propia ciudad de Querétaro, que ofrece una vasta oferta de hospedaje para todos los gustos y bolsillos, además de la posibilidad de combinar experiencias relacionadas con el vino con actividades históricas o hasta de negocios. Sin embargo, lo que hace único a este lugar, es la posibilidad de hospedarse en una Hacienda del S. XVI ó XVII, dormir entre viñedos, disfrutar de sus amplios espacios y conocer su historia. Antiguamente haciendas agrícolas o ganaderas ahora han sido restauradas a su anterior gloria y convertidas en hoteles boutique. ¿Te imaginas estar con tu pareja, descansando en una terraza de ensueño, observando el cielo más estrellado que hayas podido ver, mientras se toman una botella de vino acompañada de una tabla de quesos? ¡Ufffff!

A pesar de que Querétaro es famoso por sus vinos blancos espumosos, El Marqués produce además vinos tintos, rosados y blancos de altísima calidad, y que es posible degustar visitando las bodegas de la región. Probar buenos vinos, conocer los viñedos y maravillarte con los paisajes que te ofrecen, mientras conoces el proceso de elaboración del vino desde la cosecha de la vid hasta el embotellado es algo que no puedes perderte.

¡Pero la cosa no queda ahí! El lugar ofrece otras experiencias únicas que hacen de un fin de semana algo inolvidable. Por ejemplo, visitar una bodega de quesos artesanales hechos a base de leche de oveja o de cabra y, además de probar sus productos y de conocer sus procesos de elaboración, tú mismo puedes crear tu propio queso u hornear tu propio pan artesanal. O también puedes saborear exquisitos platillos de cocina tradicional, maridados con vinos de la región, en una mesa ubicada en una carpa en medio de paisajes repletos de vides.

Y si eres un poco más aventurero, podrás sentirte vinicultor por un día y crear tu propio vino guiado de la mano del enólogo del lugar, personalizarlo y embotellarlo tú mismo.

¡Así que ya lo sabes! Si quieres vivir una escapada de fin de semana de ensueño, déjanos guiarte. Consulta nuestra página www.TravelLabsMéxico.com

¡Y recuerda que el mejor vino es aquel que se disfruta acompañado!

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